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Espectacular persecución de una conductora que arrolló a dos patrullas policiales al huir de Son Banya

La joven y su acompañante fueron detenidos tras su peligrosa escapada entre el poblado, Son Ferriol y el Paseo Marítimo

Policías y guardias civiles realizando el atestado.

| Palma |

Una joven conductora protagonizó en la medianoche de ayer una espectacular huida tras dar positivo en un control de alcoholemia frente a Son Banya. La mujer arrolló a una patrulla de la Guardia Civil, llegó a Son Ferriol, de ahí circuló hasta el Paseo Marítimo y junto al antiguo edificio de Gesa intentó embestir a una dotación de la Policía Nacional. Sin embargo, falló y acabó estrellándose.

A las doce y cuarto la Benemérita interceptó un coche de la marca Daewo, de color granate, que se dirigía al poblado gitano. Se trataba de un control rutinario y los agentes sometieron a la conductora, una joven española, a la prueba de alcoholemia. Dio positivo, al parecer 0,43, y los funcionarios le pidieron que se quedara junto al control, mientras pasaban unos minutos y la hacían soplar por segunda vez.

Huida

Fue entonces cuando la sospechosa se subió de forma inesperada al coche y arrancó a toda velocidad, arrollando a los agentes que trataron de impedirle la huida.

Durante la persecución que se entabló segundos después la conductora, que iba acompañada de un joven, intentó sacar de la carretera a una de las patrullas que la seguía. Al final, circulando a una velocidad temeraria, consiguió despistar a los agentes de Tráfico, en dirección a Son Ferriol. La Benemérita pidió apoyo al Cuerpo Nacional de Policía y minutos después el gran operativo localizó de nuevo al Daewo, en las inmediaciones del Paseo Marítimo. Un coche del 091 se acercó a la mujer, que dio un volantazo y los intentó embestir. El policía que iba al volante reaccionó con celeridad y evitó la colisión.

La mujer, entonces, perdió el control y chocó contra el guardarraíl, rebotando a continuación y estrellándose contra la mediana. Guardia civiles, policías nacionales y también locales, que se habían sumado a la persecución, rodearon por fin el vehículo y procedieron a la detención de la pareja. Ella se encontraba muy afectada y no paraba de llorar y de proferir insultos. Milagrosamente, ni ella ni su compañero resultaron heridos.

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