La Sección Primera de la Audiencia Provincial ha absuelto a un hombre acusado de un delito de agresión sexual por mantener relaciones sexuales con una menor de 13 años, al considerar que estas acciones fueron consentidas por parte de la joven, quien durante el juicio celebrado por estos hechos en noviembre del pasado año admitió que no existió violencia física alguna contra ella y que llegó a ver al hasta ahora inculpado «como un novio» y «un protector».
La sentencia dictada por el tribunal, a la que ha tenido acceso Europa Press, absuelve de este modo a Joaquín P.F. del delito por el que venía siendo acusado por la Fiscalía -que reclamaba once años de prisión y una indemnización de 10.000 euros por daños morales o, de forma subsidiaria, siete años por un delito continuado de abuso sexual- y la acusación particular -que también solicitaba once años y 30.000 euros de indemnización, o una pena de diez años por abuso sexual-.
Pruebas insuficientes
En sus fundamentos de derecho, el ponente de la resolución, el magistrado Miguel Angel Arbona, asevera que las pruebas presentadas por las acusaciones no son «suficientes» para romper la presunción de inocencia del acusado, quien admitió en la vista oral haber mantenido relaciones con la menor entre 2005 y 2006 en el domicilio de la niña, donde residió unos meses al alegar que no tenía otro lugar donde vivir -era compañero de trabajo de la madre-.
La sentencia recalca que según el Código Penal se requiere que el atentado contra la libertad sexual se realice con violencia o intimidación, que se emplee cualquier medio físico para doblegar la voluntad de la víctima o que se le amenace de forma que se elimine su resistencia, lo que no se produjo a juicio del tribunal. «La víctima pone de relieve que permitía las acciones del procesado sin mostrarle rechazo», expone el fallo, que indica de este modo que «no existía ninguna resistencia a vencer».
Durante el juicio, el inculpado afirmó que las relaciones siempre fueron consentidas y que, tras abandonar la vivienda de la menor, retomó el contacto con ella vía 'messenger' y le enviaba fotografías de contenido pornográfico que «siempre recibía de otras personas», según precisó. Tal y como relató, la relación con la niña finalizó «de mutuo acuerdo, sin reproches».