Ganar una apuesta no tiene precio. Que te pillen en una gamberrada sí. Un juzgado de Palma condenó ayer por un delito de injurias a España a un joven que quemó la bandera nacional que ondea en la sede judicial de sa Gerreria. El acusado se encuentra preso por delitos comunes en la cárcel de Palma. Además de lo poco usual del delito en los juzgados de Palma, lo insólito es que no tiene ningún tipo de fondo político, sino más bien gamberro.
Los hechos ocurrieron el 21 de julio de 2009, en torno a las doce y media de la noche. El acusado vio medio descolgada la bandera nacional que ondea en la entrada de los juzgados de sa Gerreria y cruzó una apuesta con un amigo.
Regreso
El objeto era descolgar la enseña y prenderle fuego. En efecto, se fue hacia ella y eso hizo, acercó una llama a la misma, si bien de forma leve. De hecho, sólo se quemó una pequeña parte de la tela. Ahí quedó la actuación nocturna. A la mañana siguiente, el pirómano nacional regresó al lugar del fuego para comprobar qué había hecho. Ahí es donde fue visto por agentes de la policía que le detuvieron, si bien quedó en libertad por este motivo y ahora está en prisión por un hecho posterior que no guarda ningún tipo de relación con el episodio de la bandera.
Ayer, momentos antes de la celebración del juicio, la defensa del acusado alcanzó un acuerdo con la Fiscalía. Por éste, el pirómano se declaró culpable de los hechos y se conformó con una condena de multa de siete meses con una cuota diaria de tres euros. Es decir, que tendrá que pagar unos 630 por el incendio de la bandera. La Fiscalía no reclamaba una cantidad para compensar los daños causados en la enseña por la apuesta entre el grupo de amigos.
En su escrito de calificación inicial el ministerio público también reclamaba una pena de multa para el acusado, sólo que de dos meses más