El número 19 de la calle Rodríguez Arias no avisó a sus víctimas. Según manifestaron ayer los técnicos autores del informe sobre la tragedia que costó la vida a siete personas, la caída del inmueble se produjo de forma repentina y con un «tiempo de reacción mínimo». La concejala de Urbanismo, Yolanda Garví, junto a la jefa de servicio de la Inspección Técnica de Edificios, Catalina Frau y el arquitecto autor del informe, Salvador Joan, presentaron las conclusiones de Cort sobre el derrumbe.
Tal y como publicó Ultima Hora el pasado sábado, el edificio se hundió por la excesiva carga que se concentraba en el 'marès' de la planta baja del edificio. El desgaste del material y alguna posible acumulación de humedad provocaron el fallo que se concentró en un muro o en el chaflán del inmueble. Este punto en concreto no ha quedado determinado por los análisis. En todo caso, lo que sí se descarta es que el incidente tenga alguna relación con el tipo de suelo sobre el que está construida la barriada de Camp de Serralta. Garví incidió en este hecho para «tranquilizar» a los vecinos de la zona.
«Avión sin caja negra»
El arquitecto, por su parte, explicó que la reconstrucción del accidente fue como «una catástrofe aérea en la que no se sabe el modelo de avión». Así, para llegar a estas conclusiones se tomaron muestras tanto del material del derrumbe como de la parte del edificio que se mantuvo en pie y se investigó en el registro los orígenes del edificio. Uno de los primeros problemas de la vivienda viene de su propia construcción. El germen del edificio es un inmueble de una planta cuya fecha exacta de construcción no está clara pero que, en todo caso es anterior a 1935. Sobre esa base, en 1958 se edificaron otras tres alturas. En la ampliación se mantuvieron como elemento estructural los muros de 'marès' hechos para el primer edificio. Éstos tenían que soportar tres alturas más y, cincuenta años después ese equilibrio precario se rompió. Otros elementos estudiados como el hormigón, los cimientos o el acero arrojaron en el laboratorio resultados correctos.
Tanto el informe realizado por Cort como la pericial hecha por un arquitecto a instancias de los propietarios coinciden en el proceso que llevó al derrumbe. Discrepan en pequeños matices como el peso dado a unas humedades que presentaba el inmueble o en el punto exacto en el que se produjo el derrumbe. «No había ningún aviso de nadie que hiciera que el Ayuntamiento hubiera podido tomar medidas», señaló la edil, que recordó que el paso de la Inspección Técnica de Edificios es voluntario antes de que se cumpla el periodo exigido. También aseguró que se trata de un caso particular, dado que, si bien hay muchos edificios en Palma que utilizan 'marès', la construcción del inmueble siniestrado a partir de otra edificación anterior crearon unas condiciones especiales.