El Juzgado de Menores número 1 de Málaga ha ordenado hoy internamiento preventivo en régimen cerrado durante seis meses para el menor de 17 años detenido ayer por su supuesta implicación en la muerte de la niña de 13 años María Esther Jiménez Villegas, en la localidad malagueña de Arriate.
Ese plazo de seis meses es el máximo que establece la ley, aunque podría prorrogarse por otros tres si se considera conveniente, según ha explicado a Efe la abogada de la familia de la víctima, Bárbara Royo, que espera que se pueda celebrar juicio en ese tiempo.
El menor, cuyo nombre corresponde a las iniciales R.V.R. y es vecino de la misma localidad que la niña, ha permanecido durante dos horas en la sede judicial, adonde llegó procedente de la Comandancia de la Guardia Civil de Málaga, instancia en la que se acogió a su derecho a no declarar.
Los familiares de María Esther, que han decidido personarse como acusación particular en el caso, han acudido hoy junto a su letrada a la Ciudad de la Justicia donde están los Juzgados y la Fiscalía de Menores, aunque no han hecho declaraciones a los periodistas.
Los investigadores hallaron restos que podrían ser de sangre en una zapatilla deportiva del chico durante el registro domiciliario efectuado ayer en la casa donde vive, restos que estarían quizás también en alguna ropa.
Ahora las fuerzas de seguridad tendrán que analizarlos para comprobar si esos restos son de sangre y, en su caso, a quién corresponden.
Los agentes investigan ciertos extremos aunque las pruebas de ADN practicadas coinciden con el arrestado.
El cadáver de María Esther fue encontrado con un golpe en la cabeza el pasado 20 de enero en la caseta de una depuradora de Arriate, localidad cercana a la ciudad de Ronda.
La autopsia confirmó la muerte violenta de la niña, cuyo cuerpo fue localizado un día después de su desaparición con la cara cubierta, en una caseta de una depuradora donde los investigadores hallaron muchas huellas.