«Abrí la puerta porque había escuchado ruidos y uno de los tres rusos me dio un puñetazo, luego vino otro y me golpeó con un bate en la cabeza. Quedó en estado de schock, fue horrible».
La vecina del Port d'Andratx de 66 años de edad que esta semana fue brutalmente atacada en su casa por tres delincuentes del Este concedió ayer una entrevista Ultima Hora, y aseguró que «todavía estoy muy asustada». En la madrugada del domingo al lunes, pasadas las tres y media de la madrugada, Sikona Imgeborg, natural de Berlín, escuchó ruidos extraños en la puerta de su edificio, en la calle Sorilla número 6. En las tres plantas de la finca, sólo su piso está ocupado en la actualidad, por lo que se extrañó. Escuchó pisadas y los desconocidos empezaron a golpear la puerta de la una de las casas vacías.
«Pensé que era el hijo de uno de los dueños, que llegaba borracho con unos amigos y abrí la puerta. Entonces vi a tres hombres, estoy casi segura de que hablaban en ruso, porque cuando era niña lo estudié y luego trabajé un tiempo en Moscú. Uno de ellos se dirigió hacia mí rápidamente y me dio un puñetazo, luego entró otro en la casa, que no me hizo nada, y el tercero que golpeó en la cabeza con un bate», contó la sexagenaria.
Aquellos fueron momentos de pánico para Sikora, que sacó un spray de pimienta que llevaba encima como defensa: «Los rocié, pero se me echaron encima. Yo empecé a gritar ¡Mateo, Mateo!, que es el nombre de un vecino. No estaba en casa, pero lo dije para que se asustaran», añadió.
La estrategia le dio resultado, porque segundos después los tres delincuentes, que vestían ropas oscuras y gorras, se dieron a la fuga: «Uno de ellos le gritó en ruso 'vámonos', y los tres se marcharon precipitadamente». Parece ser que en el poco tiempo que pasaron en la casa de la mujer alemana, los desconocidos buscaron algo en el interior, pero se marcharon sin dinero ni joyas, según consta en la denuncia presentada por la víctima ante la Policía Local y la Guardia Civil.
«En realidad, he tenido mucha suerte. Eran tres ladrones rusos muy violentos y corpulentos, y con la fuerza con la que me golpearon podría haber sido peor», indicó Sikora.
Anette, una amiga de la víctima, fue la primera en auxiliarla, por la mañana: «No había pedido ayuda antes porque estaba en estado de shock. La encontré muy mal, ensangrentada, y con mucho miedo», explicó la joven.
La víctima fue atendida en un centro médico. Le enyesaron un brazo fracturado, le aplicaron varios puntos de sutura en la cabeza y le curaron un fuerte hematoma en un ojo, resultado del puñetazo que recibió al abrir la puerta. La Benemérita sigue buscando a los tres delincuentes.