Las inundaciones en Australia provocaron el caos el domingo en comunidades rurales del sur, dejando un rastro de destrucción en cuatro estados, al menos 17 muertos y la probabilidad de una reconstrucción de proporciones históricas.
Mientras decenas de personas de pueblos y ciudades inundados en el norte trabajan para limpiar sus hogares y oficinas, las fuertes lluvias e inundaciones provocaron nuevos desastres en el sureño estado de Victoria, el segundo más poblado del país.
Cuatro grandes ríos en Victoria llevaban un torrente lleno, con 43 pueblos, 3.500 personas y 1.400 propiedades afectadas. Cientos de personas han evacuado sus hogares, aunque nadie ha muerto hasta ahora en el estado.
«Ellos tenían al Ejército en el pueblo. Ellos estaban poniendo sacos de arena en el lado oeste. Estaba fluyendo con rapidez», dijo el domingo Paula Ryan, de 40 años, quien opera una camioneta para vender café, a Reuters a través de una llamada telefónica desde Echuca, mientras se preparaba para el desborde del Río Campaspe.
Las inundaciones comenzaron en el norteño estado minero de Queensland el mes pasado y han provocado miles de millones de dólares en daños en infraestructura, pérdidas de exportaciones de materias primas y la parálisis de la capital del estado, Brisbane, una ciudad de dos millones de habitantes.
Queensland ha confirmado la cifra de muertos hasta el momento, aunque las inundaciones también afectaron a los estados de Nueva Gales del Sur y Tasmania. Un miembro de la directiva del banco central ha estimado que las inundaciones, relacionadas por algunos científicos al calentamiento global y las crecientes temperaturas del mar, podrían eliminar un 1 por ciento de crecimiento económico en los trimestres de diciembre y marzo, igual a cerca de 13.000 millones de dólares australianos (12.900 millones de dólares).
El servicio de emergencia del estado de Victoria describió inundaciones en el norte del estado como posiblemente las peores desde que se tiene registro, y su portavoz Hugo Zoller sostuvo que continuarían durante días. Gary Tonkin, de 50 años y quien dirige un negocio de automóviles eléctricos en el pueblo de Charlton, dijo que el Río Avoca lleva un caudal mucho mayor al de las históricas inundaciones de 1956, cubriendo su negocio, la casa de su hijo y la peluquería de su nuera.