Antoni Mesquida Pomar, un joven de 24 años de edad y residente en la localidad de Manacor, falleció en la mañana de ayer mientras practicaba submarinismo junto a su padre.
A media mañana, el servicio de emergencia del SEIB-112 daba alertaba del suceso y se activó el correspondiente protocolo de actuación.
Al parecer y, según se desprende de las primeras investigaciones, todo apunta a que el joven se había adentrado, en compañía de su progenitor, aproximadamente a un kilómetro de la costa, en la conocida Punta de Na Foguera, en la localidad de Capdepera. Padre e hijo estaban practicando submarinismo a pulmón libre, es decir sin contar con ningún tipo de equipo de respiración.
Por causas que se desconocen y que están siendo investigadas por los responsables del caso, Antoni Mesquida sufrió un percance y se hundió hasta una profundidad de unos 20 metros sin que su padre pudiera hacer nada para conseguir salvar la vida de su hijo. Instantes después el joven falleció y su cuerpo quedó anclado en el fondo del mar. El padre, totalmente desolado, lo único que pudo hacer fue pedir socorro y esperar la llegada de los equipos de emergencia.
Ambos submarinistas habían acudido a pescar con una pequeña embarcación semirígida neumática.
Rescate
Con suma celeridad, se desplazaron hasta el lugar numerosas dotaciones de la Policía Local de Capdepera, Servei d'Atenció Metge Urgent (SAMU-061), Guardia Civil, Direcció General d'Emergències y SASEMAR.
Una vez localizado el cuerpo, a unos 20 metros de profundidad, se dio aviso al grupo del GREIM de la Guardia Civil, quien realizó el rescate del cadáver y lo trasladó hasta las dependencias del Club Náutico de Cala Rajada.
En todo momento, el padre del fallecido estuvo acompañado por un psicólogo habilitado por el SEIB-112 quien también apoyó al resto de los familiares.
En el muelle de Cala Rajada se encontraba el utilitario utilizado por la víctima y su padre. Los equipos de emergencia se hicieron cargo del traslado de coche y de Andreu Mesquida, padre del fallecido hasta su domicilio.
Acto seguido, el juzgado de guardia de Manacor ordenó el levantamiento del cadáver y el cuerpo fue conducido hasta el Instituto Anatómico Forense, donde se le practicará la autopsia.