Un agente del Cuerpo Nacional de Policía disparó el pasado lunes contra un joven de 22 años que había retenido durante quince horas a su pareja en la vivienda que ambos compartían en la calle Cap Blanc de Palma. El sospechoso es un joven de nacionalidad marroquí de 22 años de edad y que acumula 28 antecedentes policiales bajo tres identidades diferentes.
El detenido había ido a la casa de su pareja por la noche y comenzó a golpearla, le quitó el teléfono y las llaves y la dejó encerrada en la vivienda junto al hijo de la víctima, menor de edad. Al día siguiente regresó a la vivienda. La mujer había cerrado un pestillo interior y no pudo entrar por la puerta, aunque lo intentó y la desbloqueó por fuera. Después se dirigió a una ventana y arrancó los barrotes y el marco de la pared. La mujer y el niño aprovecharon ese momento para escapar. Cuando los agentes llegaron la mujer les advirtió que el hombre iba armado porque el niño dijo haberle visto una pistola. Cuando le encontraron se inició una persecución de diez minutos.
El perseguido llevaba una mano oculta en un bolsillo y amenazaba de muerte al policía. El agente realizó dos disparos al aire en una zona abierta, en la que no hay peligro de que la bala rebote. El sospechoso reaccionó de nuevo con agresividad e hizo el gesto de desenfundar. El policía disparó a la pierna del sospechoso y le alcanzó en la tibia. Después redujo al joven y le suministró los primeros auxilios. El herido no iba armado en ese momento, pero en la persecución tiró un cuchillo de 30 centímetros al suelo.