La Audiencia Provincial de Palma ha confirmado la condena de dos años de tratamiento psiquiátrico y tres meses de prisión para el hombre que ató de un saco de boxeo y torturó hasta matarlo a su propio perro, un husky.
La defensa del condenado había recurrido porque consideraba que el trastorno mental obsesivo compulsivo que sufría el acusado cuando cometió el delito anulaba completamente sus facultades. La titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Palma estimó en su sentencia que, si bien la enfermedad le afectaba de forma muy importante, no estaba totalmente anulado para saber que lo que hacía estaba mal.
Los hechos ocurrieron en febrero de 2009. El acusado -que tenía 21 años- llegó a su domicilio en la calle Jaume Vallespir de Palma. Antes había mantenido una discusión con su pareja y había pasado buena parte de la noche fuera consumiendo alcohol. Al llegar al domicilio, en torno a las ocho de la mañana, se encerró en su habitación y ató al animal por el cuello a un saco de boxeo con una cuerda que fabricó a base de bolsas de plástico, además le tapó con cinta de embalar la cabeza y, cuando el perro estaba ya prácticamente asfixiado, la emprendió a navajazos con él.
Cuando su pareja se despertó, se encontró con el agresor encerrado en su habitación y dio aviso a la policía de lo que había ocurrido. Los agentes que acudieron detuvieron al hombre que fue ingresado en la unidad psiquiátrica de Son Dureta.