«La vista se me nubló, vi sangre y huí». El acusado por intentar asesinar a un desconocido a puñaldas en Palma, aseguró ayer en el juicio que se limitó a defenderse, a pesar de que varios testigos refrendaron que fue él quien se abalanzó por la espalda sobre la víctima y le propinó varias puñaladas en el hombro y el cuello.
En julio de 2009, el acusado se cruzó en la calle Juan Bauzá Mestre con un hombre al que no conocía y, según el escrito de acusación se dirigió a él diciéndole: «Qué, qué pasa conmigo». Veinte minutos después, el joven vio a esta persona con la que se había cruzado con su hija de tres años a la que acababa de recoger en una guardería. Se fue a por él e intentó clavarle el cuchillo en el pecho. La víctima se protegió y la puñalada le alcanzó un brazo. Después, el agresor logró acuchillarle en los hombros y, varias veces en el pecho.
«No le di a traición»
La víctima, de 30 años de edad tuvo que ser operada por las heridas. El acusado da una versión opuesta y dice que fue la víctima quien le asaltó por la calle y que, él fue a casa a coger una navaja por si le volvía a ver. Según dice, cuando se volvieron a encontrar, «la víctima se me vino encima, yo no le dí a traición». Además indica que estaba bajo tratamiento psicológico y que: «A veces pienso tonterías y me imagino cosas».
El suceso fue presenciado al menos por dos personas que desmontaron la versión del acusado y señalaron que le vieron acercarse por la espalda de la víctima. La fiscal, Mercedes Carrascón, mantuvo su petición de pena de prisión y señaló también que la víctima empujaba en el momento en el que ocurrieron los hechos un carrito en el que iba su hija de tres años.
Junto a la pena de prisión, el ministerio público solicita una que el acusado indemnice en alrededor de 11.000 euros por las lesiones causadas.