Y de nuevo la policía evitó lo peor. En la tarde noche del domingo dos bandas latinas quedaron en Cala Major para enfrentarse armados con palos y cuchillos. El gran despliegue del cuartel de San Fernando y de la Jefatura del CNP evitó que los pandilleros se agredieran mutuamente. Veinte de ellos fueron identificados y los agentes se incautaron de numerosas armas blancas.
A las siete de la tarde, vecinos de la calle Gavina, en Cala Major, se pusieron en contacto con los Cuerpos policiales para alertar de la presencia masiva de jóvenes latinos, que al parecer tenían «malas intenciones».
Los funcionarios montaron un dispositivo en los alrededores y comprobaron que, en efecto, un gran número de pandilleros deambulaba por las inmediaciones de una conocida discoteca de Cala Major. Algunos de ellos reconocieron que habían quedado con sus rivales de otra banda «para saldar cuentas», por un episodio que no había quedado demasiado claro. Los agentes, en previsión de que se produjeran importantes altercados de orden público, reforzaron el operativo policial y enviaron nuevas patrullas a Cala Major.
En cuanto los menores y adolescentes que se estaban congregando en los alrededores de la discoteca advirtieron las sirenas y la llegada de motoristas y coches patrullas se dieron a la fuga, en distintas direcciones. Algunos se intentaron esconder en la playa, donde fueron interceptados, y otros se desperdigaron en dirección a Palma y a Illetes.
En total, una veintena de pandilleros fueron identificados por la policía, pero todos ellos tuvieron que ser puestos en libertad porque no habían llegado a cometer ningún delito. Además, los cuchillos y los palos que se encontraron estaban tirados en el suelo o en la arena.
Durante la redada también se encontraron tarjetas de autobuses y otros efectos de dudosa procedencia y los investigadores creen que se trata del botín de los pandilleros, que suelen acosar a menores a la salida de centros escolares y en zonas de ocio.
Investigación
El GAP (Grupo de Acción Preventiva) de la Policía Local de Palma está investigando qué dos bandas latinas pretendían pelearse en Cala Major. Una de ellas es bastante conocida y sobre la otra todavía hay dudas.
Los últimos incidentes entre bandas rivales en las calles de Palma ha disparado todas las alarmas policiales: «Hay mucha tensión, y no queremos que estas peleas acaben como la que se cobró la vida de Eusebio Ebulabate», señaló ayer una fuente policial.