Por un día los nervios se relajaron en la cárcel de Palma. La sobriedad diaria dio paso, ayer, a la fiesta de los funcionarios y los internos: la festividad de la Merced.
A las once de la mañana, el teatro del centro acogió una misa oficiada por el obispo Jesús Murgui. El religioso les expuso a los internos su último viaje a Perú, en agosto pasado, y les relató las viviendas «muy fuertes» que experimentó al visitar una cárcel de la periferia de Lima. «Se construyó para 2.500 presos y llegó a tener 12.500. Ya os podéis imaginar cómo viven. Pero lo curioso es que no pierden la esperanza», destacó.
Premios
Tras el oficio religioso, que finalizó con música de John Lennon, las autoridades se dirigieron a otro recinto de la prisión, junto a la entrada, para asistir a la entrega de premios. Aina Calvo, alcaldesa de Palma; Francina Armengol, presidenta del Consell; Antoni Terrasa, presidente del TSJB; Bartomeu Barceló, fiscal superior; Albert Moragues, conseller de Presidència; Pilar Costa, consellera d'Interior; Fina Santiago, consellera de Serveis Socials y Ramón Morey, en sustitución del delegado del Gobierno, que excusó su ausencia.
Avilés agradeció la ayuda que la cárcel recibe de instituciones, particulares y asociaciones y anunció que el 3 de octubre la copa del Mundo de fútbol «vendrá a la cárcel». También tuvo un guiño a la situación económica actual: «los canapés y el menú que vais a degustar nos ha costado 1.000 euros. Seguimos siendo austeros».
Los premiados de la Merced fueron: el pediatra Jorge Muñoz, la comadrona Aurora García, el sacerdote Jaume Alemany, Carmen Gayà, Miquel Bestard, Carmen Leal, Cristina Jiménez, Juan Bernal, Primitivo Prieto, Francisco Martínez, Gonzalo Ernesto, Margarita López, Celsa Blanco, Manuel Gutiérrez y Antonio Reigosa.