Los tres acusados por introducir mujeres de Europa del Este en Palma para obligarlas a prostituirse, negaron ayer cualquier participación en los hechos.
La Fiscalía solicita una condena de 41 años para el grupo por la detención ilegal de una joven rusa y delitos de prostitución y contra los derechos de los ciudadanos extranjeros. La acusación vincula a los tres con un club de Palma clausurado en el 2006 tras la detención de este grupo y cuyo dueño se encuentra encarcelado en Alemania por delitos similares.
El ciudadano ruso acusado afirmó que nunca tuvo una relación con el prostíbulo y que se limitó a alojar a la víctima en su casa por petición de un amigo. Eso sí, no explicó por qué tenía en su vivienda el pasaporte de la joven. Además señaló que echó a la joven de casa y que ésta le amenazó con denunciarle.
Las dos mujeres acusadas, una rusa y otra alemana, se encargaban de regentar el local de alterne. Ambas señalaron que las prostitutas pagaban entre 30 y 50 euros por cada día que estaban allí, pero negaron recibir dinero por los servicios.