«Tres policías que entraron por el camino del mar acorralaron a Dieter en las rocas, como si fuera un etarra o un violador. Él no era un estafador, como sostiene la policía, y no merecía este acoso».
Fiona Ferrer Leoni, ex modelo y esposa del empresario Jaime Polanco, recibió ayer a Ultima Hora en su chalet de la calle Margarita Retuerto de Cala Major, en primera línea del mar. «Lo más importante para la familia, en estos momentos tan duros, es dejar muy claro que Dieter sólo había sido directivo del fondo de inversiones que se investiga en Alemania por la supuesta estafa millonaria. Él no se llevó un duro, no tenía avión privado ni mansiones de 22 millones de euros, como tiene el principal acusado de esta trama», explicó.
Mal de Salud
Según Fiona, que ayer se encontraba muy afectada por lo ocurrido, Dieter «colaboraba con la Justicia alemana y se había prestado a declarar en muchas ocasiones. Lo que ocurre es que él, durante la Segunda Guerra Mundial, estuvo en un búnker, y tenía pánico a regresar a su país. Mi madre es judía y a su familia la enviaron a Auschwitz, así que también tiene fobia a volver a Alemania. Por todos estos motivos Dieter pedía que lo interrogaran aquí, en España».
Tanto Fiona como su madre, que era la compañera sentimental del fallecido, insistieron en que el empresario alemán «estaba mal de salud, en agosto le habían operado y llevaba placas y tornillos en piernas y caderas», de ahí que su movilidad era reducida.
«¿Cómo se iba a querer fugar si el sábado estaba en nuestra casa, en las rocas de Cala Major, tomando el sol con mamá?», se preguntaba ayer la ex modelo. Sobre la intervención policial que acabó con el presunto suicidio del acusado, Fiona señaló que «al principio pensé que los que entraban por el camino del mar eran atracadores. No iban vestidos de policías y escuché que le gritaban: «Dieter, esta vez no te escaparás». Mi madre se tapó la cara con una toalla, muy asustada y yo vi parte de lo ocurrido desde la casa. No creo que Dieter saltara para huir, porque en su estado físico eso era imposible. Cayó al mar y desde allí me gritó en inglés «Call the police» (llama a la policía)».
Otro punto que la familia Ferrer-Leoni trató de desmentir ayer era la supuesta posesión de un arma por parte del fallecido: «¿Cómo se explica que tomara el sol tranquilamente en su casa y tuviera una pistola al lado? Además, ni mi madre, ni yo, ni mi hermano ni nadie vimos nunca ese arma, si es que existe».
Fiona relató que cuando Dieter estaba en el agua, rodeado por los policías, escuchó dos detonaciones. La primera no alcanzó al ciudadano alemán, pero la segunda «lo lanzó hacia delante y quedó en el agua, en medio de un gran charco de sangre. No podemos entender cómo una persona que se quiere suicidar se dispara en la frente, cuando lo lógico es hacerlo en la sien o en la boca», añadió.
La policía, por su parte, continuaba ayer con la investigación y sometió a la prueba de la parafina a los tres agentes que intentaron detener a Dieter. Sin embargo, fuentes de la Jefatura indicaron que ninguno de los funcionarios llegó a desenfundar su arma reglamentaria, «por lo que es imposible que el disparo que lo mató procediera de la policía».