Suma y sigue. La Policía Local y el Cuerpo Nacional de Policía llevaron a cabo en la madrugada de ayer una nueva redada contra la prostitución callejera.
A las doce y media de la noche, un dispositivo formado por una veintena de policías locales de la Unidad Nocturna y el GAP y una quincena de policías nacionales se desplegó por las inmediaciones del Camí de les Meravelles.
Las prostitutas de color, todas ellas subsaharianas, se escondieron entre los arbustos junto a un parque, pero los funcionarios peinaron aquel perímetro y fueron interceptando, una a una, a todas las sospechosas. La nigerianas no ofrecieron resistencia y las que no pudieron acreditar que su estancia era legal fueron conducidas hasta las dependencias policiales.
Los vecinos, comerciantes y hoteleros llevan tiempo pidiendo una intervención contundente en la Platja de Palma, donde la situación ha degenerado hasta límites insoportables. Con la llegada del buen tiempo, carteristas, descuideros y prostitutas se adueñan de algunas calles al caer la noche y crean una inseguridad creciente. «Es una imagen lamentable para el turismo y un peligro para todos: para vecinos y veraneantes», critican los residentes. Las detenidas de ayer que se encuentren en situación irregular serán expulsadas del territorio nacional. Todo parece indicar que la de ayer no será la última redada de este mes en la Platja de Palma. La guerra es total.
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