La madre de José Antonio Braojos, el hombre que desde el día 19 de diciembre permanece en huelga de hambre en el aeropuerto de Palma, podría llegar a un acuerdo con sus hijos a través de su abogado que permitiera al mallorquín poner fin a su ayuno. Así, a través de su abogado, Braojos propondrá a su madre que acepte una compensación de 2.000 euros y que se acoja a la pensión no contributiva del Estado, que asciende a tan sólo 8 euros menos que la que la Audiencia obliga a Braojos y a su hermana a pagar a su progenitora.
Braojos ha señalado que tiene «pocas esperanzas» de que su madre biológica acepte la oferta. Además, recordó que realiza este acto de protesta después de que la Audiencia de Palma le condenase a pagar 400 euros en concepto de pensión de alimentos a su madre, quien, según alega Braojos, le maltrató durante su infancia.
Asimismo, afirmó sentirse «recuperado» tras la crisis de hipoglucemia que sufrió el pasado miércoles aunque sí «débil, muy cansado y con pocas fuerzas». Así, indicó que ha vuelto a ingerir azúcar pero que «en algún momento perderé la conciencia», algo que no espera que suceda «a corto plazo».
En el caso de que su madre no acepte mañana la oferta, Braojos confía en que algún juez «se dé cuenta de que es una cuestión de venganza personal e inste a mi madre para que se acoja la razonable propuesta».
Braojos, mallorquín de 42 años que ha perdido más de 12 kilos desde que inició la protesta para «no pagar ni un euro a una persona que no lo necesita», firmó el pasado jueves su testamento de voluntades anticipadas en el que explicita que no quiere ser alimentado cuando pierda la conciencia.