Dos coches y tres contenedores de basura ardieron en la madrugada de ayer en lo que parece ser un nuevo ataque del pirómano que actúa en Palma en las últimas semanas.
A las tres y cuarto de la madrugada los vecinos de una travesía de la calle Manacor, a unos 200 metros de la rotonda de Can Blau, llamaron a los equipos de emergencia advirtiendo de que se había iniciado un incendio en la vía pública.
Cuando los funcionarios llegaron a esa dirección, se encontraron con una gran humareda y un Citroën y un Volkswagen, este último de reciente matriculación, envueltos en llamas. A pocos metros ardían también tres contenedores de basura. El fuego estaba muy descontrolado y los bomberos no pudieron hacer mucho por los turismos. La prioridad, sin embargo, fue evitar que las llamaradas se extendieran a los otros automóviles estacionados.
Al principio se creyó que el pirómano había prendido fuego a los contenedores y que desde allí el incendio se extendió. No obstante, los operarios de Emaya consultados por los investigadores indicaron que los contenedores ya habían sido vaciados y, por tanto, no había basura en su interior y era muy difícil que se incendiara.
De esta forma, parece más plausible que el pirómano la emprendiera primero con uno de los coches. Las temperaturas que se alcanzaron fueron altísimas y prueba de ello es que cayeron algunas baldosas que revestían la fachada de la finca vecina. Los bomberos acabaron de tirar otras, que estaban a punto de desprenderse y representaban un peligro para los transeúntes.
Media hora después, la situación estaba controlada y sólo salía una ligera humareda de los turismos. El Cuerpo Nacional de Policía y la Policía Local dieron batidas por los alrededores en busca de sospechosos, pero no localizaron al pirómano.
También se entrevistaron con algunos vecinos, por si habían visto a algún peatón o conductor alejarse del lugar poco antes de iniciarse el fuego.