Tres miembros de una misma familia -madre, hijo y prima- resultaron intoxicados de carácter severo tras comer marisco en el bufet libre de un restaurante de Palma.
Driss Oulad, marroquí de 35 años, es uno de los afectados y tiene intención de interponer denuncia ante Consumo y el juzgado de guardia por lo ocurrido. «Mi madre vino a visitarnos y el miércoles salimos a cenar con mi prima. Fuimos a un chino al que había ido dos o tres veces y pedimos marisco. Por un lado, no queríamos cerdo por el tema de nuestra religión y, por otro lado, nos apetecía marisco», relata.
Al poco tiempo, cuando todavía estaban cenando, los tres comensales empezaron a sentirse mal, con intensos picores, dolores de estómago y un gusto raro en la boca. «Olimos las gambas y olían mal, así que se lo dijimos a los camareros. Sólo nos cobraron las bebidas y nos fuimos a casa bastante mal», añade. Una vez en el domicilio, la madre de Driss, que tiene la salud algo delicada, empezó a sentirse peor. «Las madres son así y me decía que ya le pasaría con una tila, pero cada vez estaba peor. A mi prima también le sentó fatal la cena y se le comenzaron a hinchar los labios. Yo también me encontraba mal y decidí llamar al 112».
El operador de emergecias, tras escuchar los síntomas de la familia, les indicó que se trasladaran a un centro médico sin demora.
Los facultativos que les atendieron les comunicaron que presentaban síntomas graves de intoxicación y le dieron un tratamiento de choque para estabilizar su estado. «Desde el restaurante ni nos han llamado y eso que aún estamos mal. Me parece de muy mal gusto y pienso llegar hasta el final. A mi madre se le hinchó mucho la garganta y le dijeron que se podría haber asfixiado mientras dormía», concluyó Driss.