Tres médicos forenses practicaron ayer las autopsias a los siete vecinos del edificio de la calle Rodríguez Arias, que fallecieron el pasado lunes al derrumbarse el inmueble.
Todos los resultados de las autopsias se pueden resumir en que las víctimas «no tuvieron tiempo para sufrir», puesto que se han descubierto múltiples traumatismos y todo indica que las siete personas fallecieron aplastadas por toneladas de material. Existía la duda de si alguna de las víctima pudo haber muerto por asfixia, lo que habría significado que sufrió una cruel agonía. Pero, dentro de la tragedia, por lo menos les queda a los familiares y seres queridos el consuelo de que las muertes fueron casi instantáneas a partir del momento en el que se produjo el derrumbe. Los médicos forenses coinciden en señalar que en la etiología de todas las muertes es accidental. La causa concreta de las mismas es un shock multiorgánico causado por la terrible presión de las más de 300 toneladas de escombros que cayeron sobre los fallecidos.
El juez
Una vez finalizadas las autopsias la autoridad judicial ha dado los permisos pertinentes para los entierros de los fallecidos.
Ayer mismo, a partir de las cinco de la tarde, se llevó a cabo el velatorio de Jaume Perelló y su hija, Micaela, en el tanatorio de Bon Sosec. Numerosos familiares y amigos se congregaron en el tanatorio, donde se había instalado la capilla ardiente del hombre y su hija.
El entierro se celebrará mañana en el citado tanatorio, según han confirmado personas cercanas a la familia.
Pese a que la causa de las muertes es accidental, lo que falta por determinar es si ha habido algún tipo de responsabilidad de carácter penal por parte de alguna persona, o personas, en las causas del derrumbe.
Por ello, el Juzgado de Instrucción 1 de Palma ha abierto unas diligencias previas por la muerte de las siete personas. Se trata del juzgado que se encontraba de guardia durante el domingo y que se encargó del levantamiento de los cadáveres en el lugar del derrumbamiento.
La magistrada, titular del citado juzgado, está a la espera del resultado de las primeras investigaciones sobre las causas del derrumbe, así como de los eventuales antecedentes sobre el estado de la finca.
Las citadas investigaciones se llevan a cabo por parte de la Policía Científica del Cuerpo Nacional de Policía, mientras que por parte del Grupo de Homicidios se han llevado a cabo todas las gestiones para proceder a la identificación de todas los cadáveres. En principio, la identificación de la pareja alemana que residía en la planta superior resultó un tanto complicada, pero finalmente se llevó a cabo. Si la investigación determina finalmente que en el derrumbe no existe ningún tipo de responsabilidad penal, los herederos de las víctimas tendrían que acudir a la jurisdicción civil ante posibles indemnizaciones por lo ocurrido. En casos similares ocurridos en Palma, como en la caída de un edificio en el año 1994 en la calle Jafuda Cresques, la petición de indemnizaciones se ha prolongado durante más de quince años.