Eran las 23.30 horas del pasado jueves cuando los viandantes que se encontraban en aquel momento en la calle Torrent, junto a la Plaça Pont, no daban crédito a lo que estaban presenciando.
Un Wolsvagen Golf, serie 5, RT-2, último modelo y de color negro, hizo entrada en la citada calle. Fue en ese momento cuando el conductor, sin motivo aparente, se detuvo, accionó la marcha atrás y, a gran velocidad, recorrió unos metros hasta que colisionó con su parte trasera contra uno de los hitos de protección que separa la calzada de la acera.
Debido a la velocidad y la fuerza del impacto, el coche quedó literalmente suspendido en el aire. El conductor, lejos de detenerse e intentar enmendar su error, inició una maniobra de aceleración aprovechando que el coche dispone de tracción a las cuatro ruedas para intentar bajar el vehículo.
Rápidamente, un gran número de jóvenes que se encontraban en la zona acudieron para socorrer al herido y, al comprobar que estaba en perfectas condiciones, realizaron una sonora ovación por la proeza realizada. Alguno de ellos decía: «Esto lo quieres hacer aposta y no te sale. Ha sido increíble. Este tío es un máquina», concluyó.
A la llegada de la Policía Local los agentes sometieron al conductor, un ciudadano extranjero, a la prueba de alcoholemia, teniendo la misma un resultado positivo.
Una grúa municipal se desplazó hasta el lugar y se negó rotundamente a llevarse el coche para evitar daños, debido a la dificultad de la operación.
Fue entonces cuando se llamó a la grúa del seguro, que con casi dos horas de trabajo y mucho esfuerzo consiguió bajar el coche del hito.