La Audiencia Provincial de Palma ha absuelto a tres soldados de la base aérea de Sont Sant Joan que habían sido juzgados por un delito de abusos sexuales, de los que la víctima habría sido otra militar, compañera del cuartel.
El fallo judicial considera demostrado que, en junio de 2005, los tres acusados y la víctima estaban en una discoteca de s'Arenal y que los cuatro mantuvieron relaciones sexuales en la calle, «sin que conste que las mismas fueron inconsentidas».
La sentencia considera que la prueba de cargo no es suficiente para condenar a los tres ex soldados. En especial, el Tribunal afirma que: «no puede concederse plena credibilidad a las declaraciones de la víctima». Su testimonio era la principal prueba de la acusación pero dos motivos han hecho desconfiar de él a la Sala: «la ausencia de cualquier elemento objetivo que la corrobore y los interrogantes sobre la actuación de la procesada». Sobre lo primero no existe ningún informe forense o psicológico que avale que la víctima sufrió abusos sexuales. A esto se suma el testimonio de varios testigos que declararon en el juicio que no apreciaron ningún comportamiento extraño en ella.
Testigos
Así, una compañera de cuartel afirmó que, tras lo hechos vio bailando a la joven con uno de los acusados y que, a la noche siguiente de los hechos, la víctima volvió a la misma discoteca. La Sala también considera significativo que la acusadora no negase haber mantenido relaciones sexuales con uno de los acusados cuando éste volvió de la base, sino que se limitó a decir que no lo recordaba. Otro aspecto que señala el Tribunal es que la víctima cruzó esa misma noche una apuesta de tipo sexual con otro compañero, al que se la recordó al día siguiente de los hechos. A esto se une que la supuesta agresión sexual habría ocurrido en plena calle en una zona concurrida por las noches, como s'Arenal, por lo que «resulta extraño que no recibiese ayuda de ningún tipo si se resistía a los acusados».
La Fiscalía pedía condenas de doce años de prisión para dos de los acusados y de seis para el tercero. Su defensas, los abogados Gaspar Oliver, Carlos Portalo y Daniel Castro, solicitaban la libre absolución.