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Peligrosa persecución en Palma de un conductor que quintuplicó la tasa de alcohol permitida

Un ciudadano lo siguió mientras escapaba en dirección prohibida y saltándose semáforos tras provocar un accidente

El africano detenido tras la espectacular persecución por las calles de Palma. Foto: VASIL VASILEV

JAVIER JIMÉNEZ

Un ciudadano africano fue detenido en la madrugada de ayer tras protagonizar un accidente con fuga y una espectacular persecución por calles de Palma. Lo más llamativo era la tasa de alcohol que dio: cinco veces la máxima permitida.

Minutos antes de las doce de la medianoche un Volkswagen Polo de color blanco, que daba bandazos, se empotró contra un Audi A3 estacionado en un pasaje cerca de la calle Santa Florentina. El hijo del dueño del coche estaba en la terraza y avisó enseguida a su padre. El hombre bajó precipitadamente a la calle y vio cómo el conductor, un hombre de color, se daba a la fuga. Le gritó e hizo aspavientos, y él se giró y sonrió, pero arrancó.

A partir de ese momento se entabló una persecución ciudadana. El particular, al volante de su Audi A3 dañado, salió tras él y desde un teléfono móvil se puso en contacto con la centralita telefónica del 092, explicando lo que estaba sucediendo.

El hombre, cuya identidad no ha trascendido, se colocó a una distancia prudencial del africano, que conducía de forma temeraria. El huido se adentró en las calles Aragón, Jaume Balmes, Jacinto Verdaguer y Tomás Villanueva y Cortés, entre otras, circulando a gran velocidad y saltándose los semáforos que estaban en rojo. Cuando el Polo enfilaba la calle Tomás Luis de Victoria, el vecino de Son Gotleu se cruzó con su coche y obligó al otro a detenerse. Justo en ese instante pasaba por aquella calle palmesana una patrulla del 091 y el dueño del Audi A3 gritó para llamar su atención y una vez que se acercaron hasta ellos les contó lo que había pasado. A continuación llegaron agentes de la Policía Local, que corroboraron la versión del particular y procedieron a la detención del ciudadano de Ghana. El coche estaba legalmente a su nombre y tenía el seguro obligatorio. Él, sin embargo, iba completamente bebido y al principio ofreció cierta resistencia. Luego fue esposado y se tranquilizó. El subsahariano fue sometido a la prueba de alcoholemia y arrojó una tasa de 1.24, es decir, cinco veces más que el porcentaje máximo permitido.

Horas antes, en la Cuesta de Zaragoza, en la barriada palmesana de sa Vileta, la Policía Local intervino en un «extraño» accidente de tráfico. Un coche de los llamados «sin carnet» se saltó una señal de ceda el paso e impactó contra un Opel. Ambos sufrieron daños materiales, pero los conductores salieron ilesos. El joven del coche «sin carnet» escapó del lugar y la policía averiguó quién era el dueño por la matricula. Llamaron al progenitor y se personó en el lugar del accidente. Todo apuntaba a que su hijo le había cogido el coche sin permiso y el varón contactó con el joven por el móvil. Dijo que estaba en la calle Dragonera y que no sabía nada del accidente. Al final, sin embargo, se derrumbó y confesó que iba al volante.

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