A los pirómanos les suele gustar presenciar sus obras, aunque ello vaya en su contra, ya que pueden acabar siendo identificados y detenidos. Y así le ocurrió a Joaquín Q.M., de 50 años, quien provocó dos incendios de contenedores en Palma, en apenas una hora y media, que acabaron causando un caos.
Poco después de las 00.00 horas de ayer, la Policía Local recibió una llamada alertando de un incendio en la confluencia del Camí de l'Ardiaca con la calle General Riera. Los agentes se desplazaron al lugar y encontraron un contenedor ardiendo. El fuego fue extinguido a los pocos minutos. Sin embargo, a los agentes les llamó la atención la presencia de un varón, sentado al otro lado de la calle General Riera, el cual estaba observando el fuego y las labores de extinción.
El hombre se marchó caminando por la calle General Riera, en dirección al centro de Palma. Entonces, los agentes decidieron seguirlo a pie desde cierta distancia. Durante el trayecto, el sospechoso abrió varios contenedores, miró lo que había en el interior y removió la basura. Más adelante se dio cuenta de que alguien lo seguía y se detuvo en una parada de bus. En ese momento, el agente que lo vigilaba decidió desviarse para que el sospechoso no lo siguiera viendo.
Instantes después se informaba de un nuevo incendio de contenedores, a la altura del número 50 de la calle General Riera, a poca distancia donde el policía había dejado al sospechoso.
El incendio cobró fuerza y provocó una gran humareda. Los agentes trataron de sofocarlo con extintores pero fue necesaria la presencia de los Bombers. Los contenedores estaban delante de una finca de 11 pisos, que tuvo que ser desalojada parcialmente. Las llamas causaron daños graves en el local de la planta baja y la fachada y ventanas del primer y segundo piso. El resto de la fachada quedó ennegrecida por el humo.
El sospechoso estaba merodeando por la zona. Los agentes de la Policía Local lo identificaron y registraron, interviniéndole una botella de perfume, varios trozos de tela y un mechero. El varón, en principio, admitió que podía haber causado el incendio, pero dijo que fue accidentalmente, mientras rebuscaba en el interior de la basura y utilizaba el mechero para ver. No obstante, se daba la circunstancia de que el fuego se había iniciado en un contenedor de envases y plástico, por lo que esa versión era poco consistente.
Después, Joaquín Q.M. reconoció que había provocado el fuego, pero afirmó que «no quería hacer daño a nadie y hago estas tonterías porque estoy sin trabajo». Los agentes, ante tales manifestaciones, le respondieron que tendría que dormir en el cuartel debido a los daños y el caos que había causado.