Una decena de agentes de la Guardia Civil irrumpió ayer en la residencia de la tercera edad de Crist Rei de Inca y detuvo a la directora y a la coordinadora de enfermería. Están acusadas de numerosas anomalías y excesos con los internos y la Policía Judicial investiga más de una veintena de posibles casos de malos tratos a personas de avanzada edad.
El geriátrico lleva dos años funcionando y la gestión es privada, aunque el Govern Balear tiene concertadas la mitad de las plazas para los internos. Ya desde sus inicios, el centro se estrenó con polémica y han sido muchas las quejas y denuncias sobre supuestas irregularidades.
Los agentes, que llevaban meses investigando el caso, llegaron por sorpresa a la residencia y se llevaron detenida a Juana R., la directora, y a Jaqueline P., la coordinadora de enfermeras. Las dos mujeres salieron custodiadas a bordo de un Renault Megane camuflado, con dirección al cuartel, donde se inició su interrogatorio. En las próximas horas serán puestas a disposición judicial.
Otros funcionarios policiales permanecieron por espacio de varias horas en el recinto, registrando dependencias y se entrevistaron con algunos internos. Luego fueron citados dos médicos del Hospital de Inca, que llevaron a cabo una revisión a algunos de los residentes.
La Benemérita investiga si se les suministraban somníferos de forma generalizada, para que no fueran problemáticos durante las noches, y si se falsificaron recetas médicas. Otro de los puntos claves de la investigación policial es confirmar si, tal y como sostienen algunos familiares de pacientes, se llevaron a cabo prácticas de maltrato con los internos. En total, se están analizando más de una veintena de casos.
En la intervención de ayer en la residencia de Crist Rei estuvo presente una comisión judicial de un juzgado de Inca, que supervisó todo el operativo. Los agentes sacaron casas y archivadores, y toda esa información será analizada en los próximos días. También se investiga si algunos internos no fueron hospitalizados durante algunas de sus crisis, a pesar de que los responsables de la residencia conocían su estado.