Hasta ahora, las obras de los juzgados de Vía Alemania sólo amenazaban con quebrar la paciencia de cualquiera que pasara por el edificio, en especial de los funcionarios. Ahora amenazan con romper incluso alguna cabeza. Ayer por la mañana, varios cascotes cayeron del techo en la planta tercera del edificio. Los fragmentos no dieron a nadie: unos cuantos quedaron encima de uno de los bancos que hay en los pasillos y otros aterrizaron en el interior de una de las oficinas del Juzgado de Instrucción número 5.
Desde el CSI-CSIF consideran muy graves los hechos y piden el cierre de los juzgados hasta que se garantice «que no peligra la integridad física tanto de los funcionarios, profesionales y ciudadanos usuarios de los juzgados». En el sindicato señalan que en el desprendimiento de ayer estuvo a punto de resultar herida una funcionaria.
Aunque el Ministerio de Justicia sostiene que la remodelación de las dependencias de Vía Alemania va según lo previsto, los sindicatos se han quejado reiteradamente de sus demoras. Los trabajos han causado varias molestias añadidas como fallos en el aire acondicionado o en los ascensores, que se han quedado bloqueados en varias ocasiones, en alguna con personas en su interior.
Por encima de todos, se han convertido en habituales los fallos en la electricidad. La frecuencia de éstos ha llevado incluso a la Secretaria de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia a enviar una circular para abordar «la forma de actuar ante los problemas eléctricos del edificio que afectan al sistema informático». El escrito recomienda a los funcionarios que cuando se bloqueen los equipos primero comprueben si es sólo uno o todos los del juzgado. En caso de que sean todos, «se tiene que dar aviso al personal de seguridad, que tiene la llave de los cuadros eléctricos y, una vez abierto, el agente judicial comprobara la posición del magnetotérmico». Después, la circular, emitida el 28 de enero, recomienda reiniciar los equipos.