La Fiscalía ha incluido los cargos de asesinato, esclavitud, violación, reclusión, coacción e incesto en el pliego formal de acusaciones contra Josef Fritzl, el austríaco que mantuvo a su hija encerrada durante 24 años en el sótano de su casa.
La acusación implica que Fritzl, de 73 años, puede ser condenado a cadena perpetua, al entender el fiscal que es responsable de la muerte poco después de nacer de uno de los siete niños fruto de las innumerables violaciones a su hija. Según la Fiscalía, el acusado, «pese a tener conocimiento de la situación de peligro para la vida del bebé, omitió premeditadamente disponer la necesaria ayuda de terceros». Esta acusación se basa en un informe pericial que concluyó que el niño, gemelo de otro, que habría sobrevivido si hubiera recibido atención médica.
El peritaje se basó en las declaraciones de la hija de Fritzl y madre del niño, que aseguró que nada más nacer el bebé, se percató de que «algo no iba bien». La mujer aseguró que su padre, y a la vez padre de la criatura, no reaccionó ante los evidentes problemas de salud del pequeño. 72 horas después del parto, Michael murió.