El origen de la estafa millonaria de la «operación Sofía» está en una empresa inmobiliaria de Bulgaria, que ofrecía las acciones a la venta a través de la sociedades investigadas en Palma.
Hasta la fecha, los treinta inversores han reconocido que pagaron unos 2'5 millones de libras esterlinas por títulos que, en realidad, valían muchísimo menos. En cualquier caso, hay indicios para pensar que el montante final de la estafa es muy superior y los agentes de Delincuencia Económica y Delitos Tecnológicos siguen indagando en el entramado de las sociedades ficticias que se crearon para dar consistencia a la estafa.
Muchos de los perjudicados por la compra de acciones «infladas» residían en la Península y otros fuera de España. La Jefatura de Policía de Palma emitió ayer un comunicado en el que informaba que la operación «sigue abierta» y que no se descartaban nuevas detenciones. La nota añadió que se estaba investigando la documentación intervenida.