Implacable en los juicios. Así es Antoni Tugores, uno de los hombres fuertes del bufete Buades y directivo del Mallorca. En su faceta de abogado con la compañía Mapfre también ha adquirido un gran prestigio y la mayoría de pleitos que entablaba se saldaban por victorias por el bando que él defendía.
Amante de la ropa cara y muy exigente con su imagen pública, la detención de Tugores causó ayer una auténtica conmoción en los juzgados y en Son Moix. «Cuando venga por aquí esposado será un golpe muy fuerte para nosotros», relataba por la mañana una funcionaria judicial de Vía Alemania. En cualquier caso, se equivocaba, porque el letrado llegó detenido, pero sin grilletes. Eso sí, dio la cara y no se tapó, como hizo el otro detenido.
A última hora de la tarde, cuando el juez decretó su puesta en libertad con cargos Tugores intentó confundir a la prensa que le esperaba a las puertas del juzgado y aseguró que todo había sido un error y que quedaba libre, sin ninguna imputación formal contra él. La realidad, empero, era otra. El juez le acusa de un delito de falsedad documental y su libertad es con cargos.
De momento no ha trascendido si los investigadores del cuartel de San Fernando están revisando otros atestados en los que hubieran actuado como policía y abogado los dos detenidos en la operación.
«Rodri», el agente que también quedó en libertad con cargos, será apartado del Cuerpo y podría ser expulsado si se comprueba que modificó el atestado para engañar al seguro y obtener un beneficio económico. El funcionario era un experto en localizar conductores fugados y gozaba de cierta reputación entre una parte de sus compañeros. Otros, en cambio, recelaban de su trabajo, como el oficial que destapó la trama. El comisario Nicolás Herrero, que dirigió personalmente las diligencias mano a mano con el oficial, fue informado ayer del desarrollo de las dos declaraciones de los imputados ante el juez.