El inicio ayer de los tres días de luto en China comenzó a recordar de forma visible la magnitud del seísmo, que según el último balance provocó más de 34.000 muertos, aunque si se suman los sepultados el balance alcanza los 71.000. Tres minutos de silencio a nivel nacional y el luto generalizado ejemplifican la conmoción china por el terremoto, mientras los trabajos de rescate y reconstrucción dejan hueco también para el balance económico. En este sentido, las autoridades cifran en más de 6.000 millones de euros las pérdidas causadas por el seísmo sólo en la región del epicentro.
El temblor de ocho grados en la escala de Richter ha dejado sumido en el caos el sudoeste del país. Allí, los muertos ya se cuentan por unos 71.000, si se suman los 34.000 muertos y los miles de sepultados sin esperanza, y se habla de 245.108 heridos.
Los equipos de rescate siguen rescatando cadáveres entre los escombros, pero al mismo tiempo aún se encuentran con historias personales para la esperanza. Uno de estos ejemplos de superación lo dio una mujer de 61 años, rescatada ayer de entre los restos tras 145 horas atrapada. Este tipo de desenlaces mantiene a los servicios buscando supervivientes sin tregua en muchos lugares, entre ellos los escombros de Beichuán.