Seis días después del terremoto que asoló 100.000 kilómetros cuadrados en el suroeste de China, la oficina de respuesta de emergencia del Consejo de Estado cifra en más de 29.000 los muertos, con posibilidad de superar los 50.000, y en 168.669 los heridos, además de 4'8 millones de personas sin hogar.
El presidente chino, Hu Jintao, que está en la zona mientras regresaba a Pekín el primer ministro, Wen Jiabao, animó ayer a los equipos de rescate militares, policía armada y voluntarios civiles, a luchar contra el tiempo para salvar vidas.
A pesar de que disminuyen con el paso del tiempo las probabilidades de encontrar supervivientes bajo los escombros, el esfuerzo no debe cesar «pues es la prioridad de nuestro trabajo», dijo Hu a los equipos, según la agencia oficial Xinhua.
Precisamente ayer, un turista alemán fue rescatado con vida, tras 114 horas entre los escombros del edificio donde se encontraba cuando el terremoto arrasó la localidad de Wenchuan el pasado lunes.
La identidad del turista, que estuvo sepultado casi cinco días, no ha sido facilitada
Un avión Boeing 707 de las Fuerzas Armadas Españolas llegó ayer al aeropuerto de Chengdú, capital de Sichuan, con siete toneladas de materiales médicos solicitados por Pekín para los afectados por el terremoto.
Militares españoles entregaron la ayuda, que pasó rápidamente las formalidades aduaneras chinas y se cargó en camiones militares para ir al centro de distribución, desde el que saldrá hacia los diferentes centros sanitarios instalados en las zonas devastadas por el seísmo.