Al menos nueve mil personas han muerto, según las cifras oficiales dadas anoche (hora española, por las autoridades chinas, a causa de un terremoto de 7'8 grados en la escala de Richter que afectó principalmente a la provincia de Sichuán (suroeste) pero también a las vecinas. Las autoridades temen que la cifra de fallecidos vaya en aumentos. El epicentro del sismo se localizó en el distrito de Wenchuán, a 93 km de Chengdu, capital de la provincia de Sichuán y donde viven más de 10 millones de personas, precisó el Instituto Nacional de Geofísica de Estados Unidos (USGS).
La zona del epicentro sigue inaccesible, informó la agencia China Nueva, relatando que un equipo de rescate que trató de acceder a ella se tuvo que parar a 90 km de su destino porque las carreteras de esta zona montañosa están inutilizables.
«Hacemos lo que podemos pero las carreteras están cubiertas de piedras y rocas», declaró Li Chongxi, responsable del equipo.
Las autoridades trataron de enviar cuatro helicópteros, pero las fuertes lluvias les impidieron llegar.
El sismo ocurrió a las 14H30 locales (06H30 GMT) y provocó el derrumbe de edificios que albergaban a un gran número de personas, como el instituto de Sichuán en el que murieron 50 estudiantes y en el que 850 seguían atrapados.
O las dos fábricas de productos químicos, cuyo desplome dejó a cientos de empleados sepultados y obligó a la evacuación de unas 6.000 personas.
Antes de conocer la amplitud de las pérdidas, el primer ministro chino Wen Jibao describió el sismo como un «desastre» y pidió «calma y valor» a la población. Las autoridades temen que el balance siga aumentando, ya que varios testigos aseguran que han sido destruidos muchos edificios en las zonas afectadas.
Según un funcionario de la Oficina sismológica, «filas enteras de casas» han resultado destruidas en la ciudad de Dujiangyan, que cuenta con unos 600.000 habitantes y se encuentra cerca del epicentro.
El presidente estadounidense George W. Bush reaccionó expresando «sus condolencias» y ofreciendo la ayuda de su país a China. Japón también se declaró dispuesto a enviar ayuda de inmediato.
Las instalaciones de los Juegos Olímpicos no se vieron afectadas, señaló un portavoz del Comité de organización.
El temblor se sintió incluso en Shanghai, Hong Kong, Bangkok, Hanoi y Taipei.