JAVIER JIMÉNEZ-SEBASTIANA CARBONELL
La agresión a la auxiliar del centro de salud se produjo el lunes y ayer sus compañeros se manifestaron en solidaridad con la víctima, que está de baja debido a las lesiones que sufrió.
Una pareja joven llegó a las instalaciones con su hija, que se había herido en un dedo con una puerta. Los cónyuges estaban muy nerviosos y querían que la niña fuera atendida de inmediato por una pediatra de guardia. La administrativa que se encontraba en la recepción les pidió su documentación y la pareja fue informada que el caso, en principio, no parecía muy grave, para que se tranquilizaran.
El individuo, sin embargo, se fue exaltado cada vez más y estalló cuando le indicaron que debía acudir a Son Dureta o al centro de salud de Son Roca, que era el que les correspondía por proximidad. El hombre, entonces, comenzó a insultar a los trabajadores del centro y tomó un revistero, que empotró contra la auxiliar que lo estaba atendiendo. Los compañeros de la víctima acudieron en su auxilio y la pareja se marchó apresuradamente del recinto, con su hija herida. El vigilante de seguridad avisó a la Policía Local del incidente y varias patrullas de los UII (Unitat d'Intervenció Inmediata) dieron una batida por Son Gotleu, en busca de la familia. Según la descripción que recibió la policía, el sospechoso era de tez morena «posiblemente de etnia gitana o sudamericano».
La búsqueda fue infructuosa y al final los agentes le comunicaron a la administrativa lesionada que era conveniente que acudiera a la Jefatura de Policía a interponer denuncia.
No ha trascendido si al final la agredida se desplazó a la comisaría, pero ayer sus compañeros explicaron que estaba de baja, con un collarín y muy afectada a nivel psicológico.
A las 13.30 horas de ayer medio centenar de trabajadores y facultativos se concentraron frente al centro de salud de Son Gotleu para mostrar su solidaridad con la auxiliar y dejar patente su rechazo a este tipo de actos violentos que últimamente se suceden en hospitales, clínicas y PAC.
Los compañeros exhibieron una gran pancarta en la que podía leerse: «No más agresiones» y aseguraron que lo sucedido «es muy grave. Nuestra compañera fue golpeada con violencia con un revistero y podría haber sufrido heridas más graves de las que presenta».
Desde la policía se informó que aunque no haya denuncia formal contra la pareja el caso se investigará de oficio y se detendrá al agresor «si hay fundamentos suficientes para hacerlo».
En este sentido, ayer por la tarde no había constancia oficial de que el individuo hubiera sido arrestado. Tampoco ha trascendido cuál es su filiación.