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La madre de Sandra Palo quiere ayudar a la familia de la menor violada en Campos

Mari Mar Bermúdez dirige una asociación y prevé desplazarse a Mallorca para contactar con los padres de la víctima

El pasado sábado se llevó a cabo una manifestación en Campos para defender a los tres menores acusados de violar a la chica.

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Mari Mar Bermúdez, madre de Sandra Palo, quiere prestar ayuda a la familia de la menor violada en Campos, supuestamente por tres adolescentes del municipio, los cuales se encuentran ingresados en el centro de menores es Pinaret.

Sandra Palo fue violada y torturada hasta la muerte en el año 2003 por tres menores y un adulto en Madrid. El caso conmocionó a la opinión pública española. Poco después, Mari Mar Bermúdez creó la Asociación Sandra Palo en Defensa de las Libertades «para poder ayudar a la gente, igual que me ayudaron a mí».

Durante los tres primeros años, la Asociación se ha dado a conocer, pero ahora ha obtenido una subvención de la Comunidad de Madrid «que nos permitirá actuar en algunos caso», explicó Mari Mar Bermúdez.

De momento, la Asociación interviene «en el caso de una joven discapacitada que fue violada por cuatro menores en Valladolid, en otra agresión sexual registrada en Ciudad Real, y también estamos en contacto con el padre de Mari Luz», afirmó la madre de Sandra Palo.

La intención de Mari Mar también es ayudar a la familia de la menor supuestamente violada en Campos, según explicó ayer a Ultima Hora. Al respecto, Mari Mar indicó: «Primero hablaré con ellos para ver qué quieren hacer y después les ofreceré ayuda a través de la Asociación. Si puedo me desplazaré hasta Mallorca porque cuando veo estos casos me pongo enferma y aunque sé que estoy luchando contra una pared quiero apoyar a la gente igual que me apoyaron a mí».

«Como asociación me puedo presentar como acusación particular en cualquier caso, pero lo mejor es hablar con la familia y ver lo que hacemos, si quieren tienen a su disposición el abogado de la Asociación y todos los medios que podamos aportar», agregó Mari Mar.

El caso de la supuesta violación de la menor de 13 años en Campos, por parte de tres chicos de 17 años del municipio, que también habrían grabado los hechos, ha causado revuelo entre los vecinos del pueblo. Los tres sospechosos fueron puestos a disposición de la Fiscalía de Menores y se ordenó su internamiento en régimen cerrado en el centro de menores es Pinaret, por un periodo de seis meses, prorroglables a tres más, como máximo. El pasado sábado, unos sesenta vecinos se manifestaron para defender a los tres acusados.

Hace un mes, en el municipio de Muro, se llevó a cabo otra manifestación para solicitar cambios en la Ley del Menor, para que contemple penas más duras, a raíz de las presuntas violaciones padecidas por dos niñas del municipio por parte de un grupo de menores de origen marroquí.

El delegado del Gobierno en Balears, Ramon Socías, consideró que se está entrando en una «espiral peligrosa de xenofobia y racismo» con la convocatoria de manifestaciones en Muro y Campos tras la violación de menores, en unos casos a favor y en otros en contra de los agresores, dependiendo de que sean o no de la Isla. Así lo manifestó Socías, en declaraciones recogidas por Europa Press, en el transcurso de un acto al que asistió ayer.

El caso de Sandra Palo está considerado como «el crimen más vil de la historia penal española». Sandra Palo Bermúdez tenía 22 años cuando murió, residía con su familia en Getafe (Madrid), y sufría una pequeña discapacidad psíquica. A las tres y media de la madrugada del 17 de mayo de 2003, Sandra salió a tomar unas copas con los amigos y amigas del taller ocupacional donde estudiaba. Decidió regresar pronto a su casa y con su ex novio se dirigió a una parada del autobús, en Carabanchel. Pero un joven de 18 años y tres menores que pasaron por el lugar en un coche los recogieron a los dos. Después de deshacerse del ex novio se llevaron a Sandra a un descampado, la raptaron, la violaron los cuatro, la atropellaron con el turismo hasta quince veces, y como aún estaba con vida la quemaron. El mayor de edad fue condenado a 64 años de cárcel, mientras que los menores fueron condenados a ocho años de internamiento y cinco de libertad vigilada.

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