Poco antes de las nueve de la mañana un furgón de la Guardia Civil que había salido de la Comandancia de Palma trasladó a los dos detenidos hasta los juzgados. Richard, con una chaqueta marrón, y Paul, con un chándal azul, iban esposados a la espalda y no ocultaron su rostro cuando vieron a los fotógrafos que les estaban esperando.
Su declaración se prolongó a lo largo de la mañana, representados por la abogada María Fuster, y a su término el magistrado ordenó prisión incondicional y comunicada para los dos. La pareja ya reconoció ante la Policía Judicial de la Guardia Civil que había matado al compatriota de 26 años. En concreto, parece ser que fue Richard, de 35 años, quién reconoció que le había asestado media docena de puñaladas, porque se sentía amenazado por él. Paul, supuestamente, le acompañó, aunque no acuchilló a Daniel.