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Una mujer de 76 años muere tras ser arrastrada por el tren en Lloseta

Florentina Bennássar Salord caminaba junto a las vías a las seis y media de la mañana cuando fue enganchada por el ferrocarril

La víctima atravesó un paso a nivel sin barreras y caminó junto a las vías, hasta que llegó el tren y la arrastró unos veinte metros.

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La víctima caminaba por las vías del tren a las seis y media de la mañana, por causas que están siendo investigadas por la Guardia Civil. Había accedido a aquel tramo a través de un paso a nivel sin barreras y de repente el convoy pasó en dirección a la estación de Lloseta y la enganchó.

Los primeros datos apuntan a que las ropas de la señora se engancharon en la máquina, que la arrastró unos veinte metros. Cuando el tren se detuvo Florentina Bennássar, de 76 años, agonizaba. Rápidamente el centro de emergencias del 112 puso en marcha el dispositivo especial para auxiliar a la mujer y hasta aquel punto acudieron ambulancias y el médico del PAC (Punto de Asistencia Continuada). La herida presentaba un cuadro muy preocupante, con traumatismo cráneo encefálico severo y fracturas en una rodilla, un brazo y un tobillo. Se temía por su vida y a las lesiones que padecía había que añadir hipotermia, debido a las bajas temperaturas de esa hora de la mañana.

«Hemos trabajado durante bastante tiempo para estabilizar sus constantes vitales, pero son muy débiles y nos tememos lo peor», explicó a las ocho de la mañana un portavoz sanitario, que añadió que la señora había sido evacuada en una Uvi-móvil hasta el hospital de Inca, en estado crítico.

Poco después parece ser que su evolución no empeoró y los médicos albergaron esperanzas, que se desvanecieron minutos antes de las dos de la tarde, cuando finalmente se produjo el fallecimiento. Durante toda la mañana los agentes de la Guardia Civil llevaron a cabo una minuciosa investigación sobre lo que había ocurrido. Los funcionarios buscaron a algún testigo que hubiera presenciado, parcial o completamente, el accidente y trataron de averiguar las circunstancias por las que la mujer se encontraba a esa hora de la mañana en una zona que no estaba próxima a su casa. De hecho, la septuagenaria vivía en una casa de la calle Lluna, en Lloseta, y tenía una casa de campo en sa Vinya es Compte.

El tramo donde Florentina fue arrollada es un paso a nivel sin barreras, frecuentado por los dueños de tres fincas que tienen que atravesar necesariamente las vías para acceder a sus viviendas. De todas formas, no era su caso.

La víctima tiene una hija de mediana edad y al menos dos nietos y era una persona muy apreciada y querida en Lloseta. Un vecino recordó ayer que «llevaba muchísimos años en el pueblo, pero creo que no nació aquí porque pronunciaba la "e" de una forma distinta».

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