EFE-ESTAMBUL
Un total de 57 personas murieron ayer al estrellarse un avión de pasajeros en Turquía, en un accidente que expertos en aviación civil califican de «muy extraño».
La aeronave tipo MD83 de la aerolínea privada AtlasJet despegó del aeropuerto Atatürk de Estambul a las 0.51 hora local con 50 pasajeros y 7 tripulantes, y con destino a Isparta.
A las 01.18 hora local, el capitán del avión contactó con la torre de control del aeropuerto y pidió permiso para aterrizar en el destino previsto.
Pocos minutos después, el piloto volvió a conectar con la torre de control y confirmó que el procedimiento para el aterrizaje se había cumplido. La torre de control respondió que tomase tierra y, en ese preciso instante, el contacto con el aparato se cortó y la nave desapareció de forma sorprendente del control de los radares.
El avión fue encontrado en la zona montañosa de Türbetepe gracias a la ayuda de radares militares, cinco horas después del siniestro. Türbetepe, una montaña de 1.830 metros de altitud, se halla a 20 kilómetros del aeropuerto y, según certificó el gobernador de la provincia, «no es una zona de tráfico aéreo». «No es posible entender cómo se estrelló allí (...). Vieron el avión desde la torre de control. Dieron el informe aéreo. Se le dio permiso para aterrizar», afirmó el gobernador, quien explicó que el corte de la comunicación con el aparato no se puso en conocimiento de las autoridades hasta más de una hora después del incidente.
Añadió que el avión se encontró partido en dos mitades y con las alas hechas pedazos.
Entre los fallecidos se hallan seis científicos turcos que trabajaban en colaboración con la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN, con sede en Suiza) y que viajaban a Isparta para participar en una conferencia.