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Un marroquí controla la mayor parte del tráfico de hachís en Mallorca

Una veintena de toneladas de la droga están en la isla preparadas para salir hacia Holanda

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Un marroquí que reside en Mallorca desde hace años es el que controla la mayor parte de entradas y salidas de hachís de la Isla. El ciudadano magrebí reside en la zona de la comarca del Llevant y tiene una empresa, que en realidad utiliza como tapadera. La red que lidera está formada casi íntegramente por marroquíes, muchos de ellos familiares y/o amigos de confianza. Esta estructura en este tipo concreto de narcotráfico ha sustituido a la que durante años estaba implantada en Mallorca, es decir, redes controladas por mallorquines que en épocas anteriores se habían dedicado al contrabando de tabaco. Desde hace meses, quizás años, el marroquí ha impuesto nuevos métodos para la llegada del hachís a Mallorca, y está utilizando la Isla como puerta de entrada de la droga para después sacarla hacia otros paises de Europa, sobre todo a Holanda.

En estos momentos se calcula que hay una veintena de toneladas de hachís esperando a ser embarcadas, y al respecto la Guardia Civil está llevando a cabo intensas investigaciones para tratar de saber de que manera se camuflan los alijos para sacarlos de la Isla.

La red que controla el marroquí ofrece en estos momentos los precios más bajos en el mercado «negro». Así, por ejemplo, un kilógramo de la droga se suele vender en la Península a 1.300 euros, y el marroquí lo vende por 1.100. El precio de compra en Marruecos oscila entre los 200 y los 250 euros por kilo y los alijos se compran a productores de Ketama. La red instalada en Mallorca tiene a un responsable de la misma, también marroquí, que reside en su país y que controla y conoce de cerca a los potenciales vendedores, por lo que consigue mejores precios de mercado. Hasta hace pocas semanas el traslado de la droga se hacía siempre con lanchas planeadoras y se ejercía un control sobre el número de ellas que salían. Las planeadoras estaban, y están, en una pequeña desembocadura situada muy cerca de Nador y conocida como Mar Chica. La operación incluía la compra de planeadoras, cada una a 100.000 euros. Por cada embarcación se tienen que pagar 80.000 para que la policía marroquí no intercepte el alijo. Cada lancha puede soportar un máximo de 4.500 kilógramos y la planeadora, una vez hubiera descargado en Mallorca, tenía que ser hundida. Pero desde hace semanas el sistema ha variado y ahora «se acepta» que la misma embarcación pueda regesar a por más alijos a Nador. Por motivos que se desconocen, desde Marruecos se permite desde hace días que salgan decenas de planeadoras, muchas de las cuales están llegando a Mallorca.

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