A las dos y media de la tarde de ayer los vecinos de la calle Lluís Martí esquina con Francesc Pi i Maragall fueron desalojados de improviso por un incendio que se declaró en el segundo piso.
De acuerdo con la información facilitada por el centro de emergencias del 112 y por los bomberos, el inmueble se encontraba vacío en esos momentos y un denso humo comenzó a salir por las ventanas y por la escalera del edificio, lo que alarmó a los residentes. Un policía que acudió rápidamente al edificio para comprobar si había alguien atrapado sufrió una intoxicación de carácter leve, y tuvo que ser atendido por el personal de una ambulancia. Su estado, sin embargo, no era preocupante y no fue necesario evacuarlo a un centro hospitalario.
Las tareas de extinción se prolongaron por espacio de media hora y los vecinos del edificio fueron desalojados de manera preventiva, mientras se extinguían las últimas llamas. En el interior de la casa, que al parecer había sido reformada recientemente, había una gran cantidad de libros dispuestos en una librería, lo que provocó que las llamas se propagaran con mayor celeridad. Esa habitación quedó devastada por el fuego y el resto de la vivienda resultó afectada por el humo y las altísimas temperaturas que se alcanzaron.
Las causas del siniestro están siendo investigadas y todo apunta, de momento, a que se trató de un cortocircuito. Los bomberos revisaron los pisos inferiores y superiores por si la estructura había resultado dañada y se confirmó que no era así.