Un letón de 37 años de edad, Andri T.Y., fue detenido el martes en el ferry 'Jaume III' de Baleària por esconder en el maletero de su coche a su propio padre y a sus dos hijos, según adelantó ayer el periódico 'La Vanguardia'.
La peripecia de esta familia comenzó en Palma, cuando Andri embarcó un vehículo con destino a Barcelona. El pasajero pasó todos los controles pertinentes y dejó aparcado el coche en la bodega. En apariencia estaba solo, pero en el maletero del vehículo permanecían ocultos su padre, de 66 años, y sus dos hijos de 8 y 10 años.
Los tres polizones se encontraban en condiciones penosas. Además de estar enclaustrados en un reducido espacio, las bodegas son espacios con muy poca ventilación y continuas emanaciones de gases perjudiciales. Por añadidura suele hacer un calor sofocante, ya que los sistemas de refrigeración más potentes se destinan a las zonas donde hay pasajeros y no a las bodegas.
Tras varias horas de navegación, los vigilantes que realizaban la ronda por la zona de los vehículos aparcados descubrieron a los tres familiares.
Aunque se encontraban bien, los miembros de la tripulación les suministraron agua y comida.
Mientras tanto, los vigilantes alertaron a la patrulla policial que estaba a bordo del barco, y varios minutos después el hombre fue detenido. A su llegada a Barcelona, una patrulla del CNP lo trasladó a dependencias de los Mossos d'Esquadra, donde le imputaron un delito de malos tratos en el ámbito familiar.
Según los informes policiales, el arrestado «había puesto en riesgo real y manifiesto la vida de sus hijos, así como la de su padre».
Tras la primera búsqueda, los agentes decidieron registrar a fondo el vehículo y el remolque cargado con bicicletas, para asegurarse de que no hubiese ningún otro familiar oculto.