TONI MATEU
A las once y cuarto de la mañana de ayer, Platja d'en Bossa se abrió finalmente a los bañistas, después de que las analíticas confirmasen que en agua no tenía restos de combustible.
Las otras dos playas afectadas por el vertido del carguero «Don Pedro» hace una semana, la de ses Figueretes y la de Talamanca, continuaban a última hora de ayer cerradas. La bandera roja permaneció en un primer momento en Platja d'en Bossa, como señal de precaución. «Esta señal no significa otra cosa que precaución y se utiliza en muchas más situaciones como por ejemplo cuando hay presencia de medusas en el mar», explicó posteriormente el president del Govern balear, Francesc Antich. Lo cierto es que al mediodía la bandera de color verde ya ondeaba en Platja d'en Bossa.
Mientras, durante toda la jornada de ayer, los profesionales de Wisjmuller, continuaron trabajando para acabar de sellar las ventanas de ventilación del barco hundido, por donde sale el combustible, para de esta manera, «condenarlas y que no salga más fuel», aseguró Antich. «De momento todavía sale un pequeña cantidad de combustible, pero que es absorbido inmediatamente por los barcos de Medio Ambiente», agregó. A última hora también se detectó otra pequeña fuga en la chimenea del barco.
Asimismo, el president anunció que desde el Govern se llevará a cabo una campaña para informar a los mercados turístico sobre cuál es la situación real de las playas de Eivissa.