Los diez trabajadores de un centro de residuos de Manacor tuvieron que ser desalojados al aparecer una bomba simulada en una caja. El Grupo de Información, la comisaría de Manacor y los TEDAX investigan quién confeccionó el artefacto.
La caja, de 40 centímetros de ancho por 40 de largo, fue abandonada junto a un punto verde de basura el pasado miércoles. A las dos de la tarde un camión la recogió y la trasladó al Centro de Pretratamiento de Residuos de Construcción y Demolición, ubicado en el camino del cementerio. Cuando el envoltorio iba a ser tratado uno de los operarios descubrió unos cables sospechosos que asomaban y al echar un vistazo en el interior vio el teléfono móvil y los cartuchos simulados, rellenos por una sustancia compacta. Los mismos trabajadores dieron al voz de alarma y el Cuerpo Nacional de Policía se hizo cargo de al situación. El centro fue evacuado de forma preventiva y la zona quedó acordonada, mientras se investigaba el asunto. Los TEDAX (Técnicos Especialistas en Desactivación de Explosivos) se hicieron cargo de la caja y comprobaron que el móvil era un modelo Alkatel de Movistar y los dos cables conectados eran de color negro, uno, y azul, el otro. En un lado había seis cartuchos en un cinturón y muy cerca otros dos, cogidos con cinta aislante de color negro. En el interior de las cápsulas habían introducido una sustancia similar a la plastilina, para simular que se trataba de un explosivo. Ahora los investigadores tratan de determinar a quién pertenecía ese teléfono móvil. La Policía no descarta ninguna hipótesis y se contempla que se tratara de una venganza para asustar a alguien o también de una broma de mal gusto. Sin embargo, también se investiga si el autor de la bomba simulada quería, en realidad, confeccionar un artefacto explosivo y por motivos que se desconocen se asustó y la dejó abandonada en un punto verde, para hacerla desaparecer.