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Tres detenidos por desvalijar la casa del párroco de Inca cuando oficiaba misa

Otros tres jóvenes han sido arrestados por la Guardia civil por comprar el material robado

JAVIER JIMÉNEZ
La Guardia Civil de Inca ha esclarecido, un mes y medio después, el robo en la casa del párroco de la iglesia de Crist Rei, en aquella localidad. Seis jóvenes, dos de ellos menores de edad, han sido arrestados como autores materiales del asalto y como receptadores del material robado.

Felip Diez Forteza, el párroco, explicó ayer a este periódico que el robo se produjo a las ocho de la tarde del pasado 7 de enero, cuando él estaba oficiando misa en Crist Rei. Al finalizar la ceremonia regresó a la rectoría y descubrió que alguien había accedido a su vivienda y la había desvalijado. El cura se personó en las dependencias del cuartel de la Guardia Civil e interpuso la correspondiente denuncia: «No forzaron ni ventanas ni puertas para entrar. Se las apañaron para abrir la puerta sin romperla. Tampoco encontraron dinero», añadió.

La Benemérita abrió una investigación para dar con los autores del robo, que fue más compleja de lo que se pensó en un primer momento. Los pasados días 21 y 22, según informó ayer la Oficina Periférica de Comunicación (OPC) de la Comandancia de Palma, se llevaron a cabo las primeras detenciones. Guillermo A.M., de 21 años, y dos menores de 17, fueron capturados como autores materiales del robo del material de la rectoría. El primero de los acusados se encontraba en la actualidad en prisión, cumpliendo condena por una serie de delitos cometidos en casas de Inca en fechas anteriores al asalto en Crist Rei.

La investigación policial, sin embargo, no se dio por finalizada con aquellas detenciones. Durante los interrogatorios al joven y los dos menores la Guardia Civil insistió en aclarar el paradero del material sustraído al cura, que está valorado en más de 5.000 euros. Finalmente, fueron desentramando los contactos posteriores al robo, para vender a bajo precio los efectos sustraídos. Y se llegó, por fin, a los compradores, que incurrieron en un delito de receptación porque sabían que compraban material de origen ilícito.

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