MICHELS/E.L.V.
«Me he quedado en la calle y no sé si podré volver a recuperar mi negocio; por ahora estoy en la ruina». Estas eran las palabras de Francisco Miguel, el dueño del taller de lavado, engrase y reparación «Quillo», que quedó devastado por un incendio el pasado sábado de madrugada. Francisco recorría ayer el local, en el que se observaban los restos calcinados de un Opel Omega de su hermano. «El fuego se lo comió todo, no sabía que actuase así», observaba ayer el afectado, que recibió una llamada de un vecino cuando regresaba de Menorca en barco. «Al saber la noticia me volví loco», decía Francisco. En total ha perdido 72.000 euros en herramientas, neumáticos, máquinas y material de oficina, que quedó totalmente devastada.
Precisamente, la Guardia Civil realizó ayer un informe fotográfico del local, y las primeras hipótesis apuntan a que el fuego podría haber tenido su inicio en un contador eléctrico de la oficina del taller mecánico.
Otro de los afectados es Jorge Navarro, un vecino que reside en el piso inmediatamente superior al taller, y que está agrietado. Los bomberos realizaron una inspección y aconsejaron su desalojo hasta la llegada de los técnicos municipales del ayuntamiento de Calvià. Sin embargo, Jorge era muy crítico ayer por la mañana, asegurando que desde el incendio «no han aparecido los responsables con los papeles y tampoco me han dejado entrar de nuevo en mi casa».