JAVIER JIMÉNEZ
María Josefa y Francisco Manuel, los padres del pequeño Samuel, quedaron ayer en libertad provisional tras ser detenidos por la muerte del niño que ingirió metadona. La pareja, ella catalana y él natural de Badajoz, pasó la noche del miércoles al jueves en los calabozos de la Policía Local de Manacor. A las nueve de la mañana los sacaron en dos vehículos distintos y se hizo cargo de ellos la Guardia Civil, que los condujo a los juzgados de Manacor. La expectación a las puertas del juzgado era máxima, con cámaras de televisión y periodistas de prensa escrita y radio.
María Josefa, con el rostro demacrado, sólo acertó a decir que se encontraba «muy mal» y su marido, tremendamente serio, no hizo declaraciones. La jueza Elena Lillo les tomó declaración por espacio de dos horas, en presencia del fiscal y del abogado defensor, Bartolomeu Amorós. Tanto él como ella insistieron en que no habían advertido que el niño ingería la metadona de la madre y que se había tratado de un desgraciado accidente. Cuando por fin descubrieron lo que había ocurrido ya era tarde, porque el pequeño Samuel no reaccionaba.
Poco después del mediodía, la jueza ordenó la libertad provisional con cargos para la pareja, que salió de los juzgados y volvió a su ático de la calle Ronda de Catalunya, en Campos. La familia llevaba poco tiempo en esa localidad y antes residía en s'Estanyol. María Josefa trabajaba en un bar y este verano tuvieron un incidente con un vecino alemán de sa Rápita, que fue detenido. La mujer había estado enganchada a las sustancias estupefacientes y en la actualidad se encontraba en fase de rehabilitación y se medicaba con metadona.