EMILIO LÓPEZ VERDÚ
El Juzgado de lo Penal número 4 condenó ayer a 14 brasileños residentes en Mallorca por adquirir carnets portugueses falsos, que compraron por 800 euros al jefe de una red de falsificadores. De ellos, 13 serán expulsados de España por un periodo de 10 años, mientras que el restante pagará una multa de 1.080 euros, al haber obtenido su permiso de residencia.
Un maletín marrón hallado en un coche fue la clave para que la policía destapara esta red, que tenía ramificaciones en Italia, Francia y Reino Unido. Uno de los acusados, Alexandre Cardoso, realizaba frecuentes viajes a estos países.
La policía siguió a Cardoso durante varios meses hasta que descubrió, en su coche, el mencionado maletín. En él guardaba carnets de conducir portugueses, pasaportes brasileños, cartas de identidad francesas, tarjetas de crédito, billetes de avión a Roma y Barcelona, certificados de empadronamiento y solicitudes de afiliación a la seguridad social.
Según la brigada de Extranjería, Cardoso y otro acusado, Rogerio Antonio de Freitas, eran los miembros principales de esta red.
La policía les detuvo y realizó varios registros en pisos de Palma, donde se halló toda una montaña de pruebas: contratos de trabajo, nóminas falsificadas, talonarios de cheques, ordenadores portátiles, impresoras de alta resolución digital, teléfonos móviles de última generación y otros documentos que probaban la magnitud de esta red.
El juicio se celebró en la sede de Miquel Santandreu, donde la precariedad de las instalaciones quedó de nuevo en evidencia. La vista oral tuvo lugar en una pequeña sala, y el personal de Penal 4 se vio obligado a mover bancos y sillas para poder alojar a los nueve abogados, sus 13 clientes y dos agentes de la policía.