Un niña de nueve años de edad quedó clavada en un tornillo enrobinado del patio de un colegio de Peguera y ahora su madre ha denunciado que esos hierros llevaban un año y medio en las instalaciones donde jugaban los escolares.
El accidente ocurrió a finales del pasado mes, cuando Àngela salió al patio durante el tiempo de recreo. Un compañero le pasó una pelota, la niña tropezó y cayó sobre los tornillos, que servían para anclar una portería de fútbol ya retirada. Una pierna de la pequeña se clavó en uno de los tres pinchos y sufrió una herida profunda, que precisó diez puntos de sutura. Durante dos semanas la colegiala no pudo asistir a clase y sufrió secuelas psicológicas por los duros momentos que vivió tras el accidente y, también, por tener que renunciar de momento a practicar gimnasia rítmica.
Ahora la menor está más recuperada, pero la indignación de su madre ha ido en aumento. María Canales, una conocida animadora de Calvià, ha puesto el caso en manos de un abogado ya que considera «una animalada» que esos tres tornillos, de unos cinco centímetros de altura, estuvieran en el patio de un colegio. «¿Qué habría pasado si mi hija, o cualquier otro niño, llega a caer de cabeza sobre esos hierros?. Yo, en mi trabajo, soy muy escrupulosa porque trabajo con niños y no quiero ningún accidente. En un colegio debería presuponerse que la seguridad es máxima», opinó indignada.