JAVIER JIMÉNEZ-PEP MATAS
S.A., de veinte años recién cumplidos, salió con unos amigos por el Passeig Marítim en la noche del viernes al sábado. Aparcó el coche en las proximidades de una conocida discoteca y a eso de las siete de la mañana decidió, con sus compañeros, trasladarse a un local de es Portixol.
Él pilotaba un Renault Megane de color amarillo y le seguía un Daewo Lanos con sus amigos a bordo. Enfilaron en dirección a Andrea Doria, para coger la vía de cintura, y fue entonces cuando se encontró sobre el paso de peatones de Son Dureta con Catalina Gost, una vecina de sa Pobla de 75 años, que salía del hospital.
A 60 Km/h
El muchacho declaró que iba a una velocidad aproximada de 60 kilómetros por hora y que no pudo hacer nada por esquivarla. La señora salió despedida y cuando se golpeó contra el asfalto sufrió lesiones tan severas que al poco tiempo murió. Según fuentes del juzgado, S.A. reconoció que había sido consciente de la gravedad del atropello, aunque matizó que se enteró luego del fallecimiento. En cualquier caso, decidió huir y se refugió en la casa de sus padres. Ocultó el Renault Megane amarillo en el garaje y acudió a su padre a contarle que unos gamberros le habían dañado el turismo cuando estaba estacionado en el Passeig Marítim. Hasta el día siguiente, por la mañana, no decidió contarle toda la verdad al progenitor y el hombre le aconsejó que se entregara en el cuartel de San Fernando, tal y como hizo a las once y media de la noche. Los agentes municipales tomaron declaración al joven y precintaron su vehículo, que ayer por la mañana seguía aparcado en el patio del cuartel de San Fernando, junto a dos vehículos del 092. Los investigadores también han tomado declaración a los amigos que seguían en otro coche al conductor fugado, para comprobar si sus versiones coinciden. Tras su declaración, S.A. quedó en libertad con cargos y deberá presentarse en el juzgado que instruye las diligencias por la muerte de la vecina de sa Pobla Catalina Gost.