JAVIER JIMÉNEZ
Afganistán es el cuarto país más pobre del mundo y ostenta un dudoso privilegio: haber sido invadido por soviéticos y norteamericanos en sólo tres décadas. Un teniente mallorquín de la Guardia Civil ha sido durante cinco meses el enlace entre el Ejército español desplegado allí y la policía afgana. Francisco José Domingo González (Calvià, 1976) ha regresado del que fuera feudo talibán y ayer contó a Ultima Hora su experiencia en uno de los países más peligrosos del mundo.
El destacamento militar español estaba ubicado en la ciudad de Qala e Now, en la provincia de Badghis, a unos 100 kilómetros de Erat. Es una región próxima a la frontera con Irán y Turkmenistán. En la base había 180 militares de la Séptima Bandera de la Legión y personal civil. El teniente Domingo era el único guardia civil y, también, el único mallorquín en la zona.
«Mi misión dentro de la ISAF estaba bajo mando de la OTAN y consistía en asesorar al coronel del destacamento en temas policiales y servir de enlace entre los militares españoles y la Policía afgana», relata. Llegó a aquellas áridas tierras en marzo y ha permanecido allí hasta el mes de agosto. En total, cinco intensos meses.