En la misma declaró que desde el año 2002 estuvo operando en Palma con la sociedad Do Ut Des SL, para la inversión de servicios por cuenta de clientes en el mercado bursátil. El 'broker' reconoció que el volúmen de inversores fue creciendo y que él se vio desbordado y no pudo hacer frente a los pagos a los inversores. Días después prestó declaración en calidad de imputado ante el juez.
Dijo que era administrador único de la sociedad Do Ut Des, con un 50% de acciones y las otras 50 a nombre de una mujer. El domicilio social estaba en la calle Fray Antonio Llinás, en Palma, y tenían un segundo local en Portals Nous y un tercero en la plaza de la Reina, también en Palma.
El hombre dio a entender que no tiene la licencia de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, motivo por el cual colocaba el dinero que recibía de los inversores en una cuenta propia en vez de hacerlo en la de la sociedad. También reconoció que se inventaba los tantos por ciento de los beneficios y aseguró que si había perdidas «no lo decía». También declaró que había personas que le llevaban clientes y le pedían una comisión. En su declaración señala que éstos eran básicamente cuatro. Uno de ellos era el director de una entidad bancaria de Palma, que cobraba como comisión el 10% del rendimiento.